Atahualpa Fernández: Los accesorios tejidos fortalecen el gentilicio venezolano
Cada país tiene sus tradiciones y dentro de cada nación nación, las regiones instauran sus costumbres de acuerdo a la condiciones climatológicas. Venezuela a
pesar de ser un país caribeño, tiene zonas en las que el frío es parte
de las características atmosféricas durante la mayor parte del año. La
región andina del país está conformada por los estados Táchira, Mérida y Trujillo entidades en las que el promedio de temperatura anual es inferior a los 15 grados centígrados.
Los embates del frío obligan a la población a recurrir a indumentarias que proporcionen calor y los protejan de las bajan temperaturas, por eso es usual ver cómo en la cordillera venezolana prolifera el diseño de ruanas, gorros, bufandas, abrigos, medias y hasta zapatos confeccionados con distintas técnicas de tejidos con agujas y con ganchillo.
Los gorros fabricados en Mérida se han convertido en uno de los sellos por excelencia de esa entidad. Este tipo de accesorio, tal como refiere Atahualpa Fernández, representa uno de los elementos de mayor demanda entre los turistas que buscan recuerdos de sus viajes. El uso de este tipo de accesorio identifica a la región. Fuera de nuestras fronteras, a propósito de la diáspora
venezolana ha proliferado el uso de este tipo de elementos
especialmente en países andinos como Perú, Ecuador y Chile, donde según
las estaciones del año descienden las temperaturas.
En el estado Mérida hay una zona que se ha hecho famosa por la tradición que tienen las familias de confeccionar tejidos de forma artesanal y mantener la costumbre a través de las generaciones, se trata del Páramo de Gavidea, un poblado que se ubica a 13 kilómetros de Mucuchíes, donde en la mayoría de los hogares se practica el trabajo con lana e hilar sus tejidos para fabricar a través de telares cobijas, que son hechas para el uso de la población local y representan un buen elemento de comercio fuera de la zona.
