Atahualpa Fernández: La fibra que se puede regenerar por sí sola

La tecnología ha ocupado prácticamente todos los espacios de la sociedad e incluso, ha llegado a una rama que normalmente era sinónimo de trabajos a manos y llenos de grandes máquinas, la industria textil recibe con agrado la noticia de Twistron una fibra que muchos podrían catalogar incluso de mágica.

La creación se atribuye a un grupo de investigadores de varios países que han estado estudiando el desarrollo de este nuevo proyecto. El mecanismo funciona a través de corriente que se activa por medio del movimiento de las olas del mar y los cambios de temperatura.

Uno de los científicos creadores ha explicado que “al sumergirse las fibras de nanotubos de carbono en un baño de electrolito, las fibras se cargan, gracias al propio electrolito”, además un aspecto interesante es que no amerita baterías externas o algún tipo de voltaje.

El equipo tiene un tamaño de 10 centímetros de largo y su peso, según los creadores, es menor al de una mosca, posee además una luz LED que iluminará cada vez que la fibra entre en un proceso de estiramiento.


Es importante resaltar que este invento se encuentra en etapa de realización y quienes trabajan en él han aclarado que, por lo momentos no se está pensado para que se desarrolle en proyectos a gran escala. 

Sin embargo, significa una alternativa muy interesante y llamativa para la creciente industria textil del mundo entero.

El mismo científico ha manifestado que “hay mucho interés en usar energía malgastada para alimentar los objetos conectados (…) la tecnología Twistron podría ser usada para aplicaciones en las que cambiar las baterías no es práctico", seguramente significará para muchos una alternativa importante a la hora de trabajar en la rama de la textilería, por su parte los científicos tienen muchas esperanzas en que la idea se plasme tal como lo tienen analizado, sin mayores inconvenientes.


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